viernes, 8 de marzo de 2013

Píndaro

Copia romana del busto de Píndaro.
Nacido en Beocia, es el mayor lírico coral griego. Su producción se centra en epinicios, que en él alcanza una perfección y complejidad. Fue un poeta viajero que levantó acta de los certámenes atléticos en sus 4 sedes, que dan nombre a sus obras: Olímpicas (Olimpia), Píticas (Delfos), Ístmicas (Corinto) y Nemeas (Nemea). A ello se le unen los ditirambos, partenios y peanes, de los que sabemos muy poco.
Píndaro escribe en dialecto dorio con una métrica compleja, y con una estructura que se repite: comienza con una introducción en la que se cita al triunfador; a continuación, establece relaciones entre éste con algún personaje de la mitología; por asociación más que por contraste, recrea un mito alusivo con un lenguaje farragoso teñido de imágenes no precisamente claras. Al final, el epinicio se cierra con una sentencia de validez universal, una reflexión que parece anular el libre albedrío del ser humano, que depende por entero de la divinidad. Eso no quiere decir que el atleta no deba formarse y prepararse.
La riqueza, el valor, la preparación, el culto a los dioses, el amor a la familia y especialmente a la tierra natal, son valores que Píndaro ve encarnados en los héroes de la mitología; en especial, en Heracles, su personaje favorito.

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